En el número 21 de nuestra revista Cónclave presentamos la importancia de dos conmemoraciones. Nos referimos al Día Internacional de la Mujer y al Día Internacional del Libro.
Respecto a la primera, desde el 8 de marzo de 1975 la ONU celebra anualmente esta fecha en la que se destaca el esfuerzo de las mujeres como artífices de la historia. Esta conmemoración es un recordatorio para seguir luchando por la igualdad, la participación y el empoderamiento de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad.
La fuerza que consigue un movimiento de mujeres en todo el mundo traspasa fronteras, diferencias culturales, económicas, ideológicas y de cualquier tipo.
Las mujeres unidas tienen el poder de cambiar el mundo y lograr la igualdad en muchas esferas de la vida cotidiana. Por eso, seamos mujeres u hombres, es importante que no olvidemos el significado del Día Internacional de la Mujer para construir juntos una sociedad más justa, más pacífica y más sostenible.
“Ella es mujer y madre, esto es lo esencial. De ella, mujer, surgió la salvación y, por lo tanto, no hay salvación sin la mujer”, señaló el papa Francisco el 8 de marzo de 2020.
En cuanto al Día Internacional del Libro, hoy más que nunca, en un momento en que debemos quedarnos en casa, podemos usar el poder de la lectura para combatir el aislamiento y con ello, expandir nuestros horizontes, estimular nuestras mentes y nuestra creatividad. George R. R. Martin, autor de la serie de novelas Canción de hielo y fuego, adaptadas para la televisión con el título de Juego de tronos, menciona que “un lector vive mil vidas antes de morir. Aquel que nunca lee vive sólo una”.
Quien acostumbra leer sabe que esto es más que cierto. Entregarse a la lectura es viajar a muchos mundos, sentir que encarnamos en muchos personajes e imaginar lo que no habíamos imaginado. Sí, la lectura nos lleva de la mano a historias, épocas y personajes, lo que a su vez, nos acerca al conocimiento de otras culturas.
Finalmente, los libros son la razón de ser de Editorial Buena Prensa. Son la vía que transmite la espiritualidad ignaciana para construir un mundo mejor.